martes, 11 de septiembre de 2007

Medios de interpretación

Medios de comunicación. ¿Por qué se llaman así? Realmente median, hacen de intermediarios entre el mundo de las personas de vida pública y la gente de a pie. Muy probablemente si no existieran viviríamos bajo el velo de la ignorancia, siendo conscientes solamente de los que podemos ver y oír. Los medios de comunicación ven y oyen por nosotros, aquello que no tenemos a nuestro alcance. Nos comunican una realidad. El problema empieza cuando nos paramos a pensar que no comunican sino que interpretan, y que esa realidad tiene mucho menos de real de lo que creemos.

Aquí entra en juego la globalización, porque no olvidemos que el sistema mediático es el aparato ideológico de la globalización. Y tampoco olvidemos que el poder mediático es el segundo poder, siendo el primero el poder económico y financiero. En este punto comienza el gran dilema de la sociedad, o por lo menos, de esa parte de la sociedad, que puede ver más allá de su propia vida, y que, inevitablemente trata de resolver los problemas del mundo, sentado en una silla de cualquier café.


Antes de todo, les ruego, no me pongan etiquetas precipitadamente. Nos acecha esa globalización neoliberal, que supone de antemano una lucha. La lucha frontal del mercado contra la sociedad, lo privado contra lo público, lo individual contra lo social.

Inevitablemente, recuerdo las palabras de Eduardo Galeano, escritor, cuyos libros se han traducido a más de veinte idiomas y es una voz contra esa globalización neoliberal: “Por globalización se entiende ahora, la reducción de las relaciones internacionales y relaciones comerciales y financieras”. En definitiva, la creencia en la capacidad de los mercados para usar las nuevas tecnologías para resolver los problemas sociales de forma mucho mejor que cualquier vía alternativa.

Pero creo que la cuestión no radica en si los mercados tienen o no esa capacidad de resolver los problemas sociales. Realmente no se si la tienen, pero de lo que si estoy segura es que esos problemas sociales no son su prioridad. Vivimos en un capitalismo descarnado donde prima el capital; y ya es una cuestión etimológica, porque si el objetivo principal fuera la sociedad se llamaría socialismo.

El poder se traduce en dinero. En este neoliberalismo, “tanto tienes tanto vales”. ¿Estamos dispuestos a tolerar que se impongan los principios de la globalización en todos los países donde miles de personas se encuentran desprotegidas? Tenemos el viento en contra…el Estado se está debilitando por las privatizaciones.